Desde 1975, la obesidad se ha casi triplicado en todo el mundo según datos de la OMS.
En 2016 había más de 340 millones de niños y adolescentes (de 5 a 19 años) con sobrepeso u obesidad.
La obesidad puede prevenirse.
¿Qué son el sobrepeso y la obesidad?
El sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud.
El índice de masa corporal (IMC) es un indicador simple de la relación entre el peso y la estatura que se utiliza frecuentemente para identificar el sobrepeso y la obesidad en los adultos. Se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por el cuadrado de su estatura en metros (kg/m2).
En el caso de los adultos, la OMS define el sobrepeso y la obesidad como se indica a continuación:
sobrepeso: IMC igual o superior a 25.
obesidad: IMC igual o superior a 30.
(ejercicio, calcular el IMC propio de cada cual)
El IMC proporciona la medida más útil del sobrepeso y la obesidad en la población, pues es la misma para ambos sexos y para los adultos de todas las edades. Sin embargo, hay que considerarla como un valor aproximado porque puede no corresponderse con el mismo nivel de grosor en diferentes personas; así alguien de gimnasio puede obtener valores de sobrepeso debido a su masa muscular y no a su grasa que es para lo que está concebido el IMC.
En el caso de los niños y adolescentes, es necesario tener en cuenta la edad al definir el sobrepeso y la obesidad y se definen de la siguiente manera:
el sobrepeso es el IMC para la edad con más de una desviación típica por encima de la mediana establecida en los patrones de crecimiento infantil de la OMS, y
la obesidad es mayor que dos desviaciones típicas por encima de la mediana establecida en los patrones de crecimiento infantil de la OMS.
¿Cuál es el origen del sobrepeso y la obesidad?
La causa fundamental del sobrepeso y la obesidad es un desequilibrio energético entre calorías consumidas y gastadas. A nivel mundial:
A menudo los cambios en los hábitos alimentarios y de actividad física son consecuencia de cambios ambientales y sociales asociados al desarrollo y de la falta de políticas de apoyo en sectores como la salud, la agricultura, el transporte, la planificación urbana, el medio ambiente, el procesamiento, distribución y comercialización de alimentos, y la educación.
¿Cuáles son las consecuencias comunes del sobrepeso y la obesidad para la salud?
Un IMC elevado es un importante factor de riesgo de enfermedades no transmisibles, como las siguientes:
las enfermedades cardiovasculares, por ejemplo la hipertensión
la diabetes;
los trastornos del aparato locomotor, por ejemplo la osteoartritis, una enfermedad degenerativa de las articulaciones muy discapacitante, y
algunos cánceres (endometrio, mama, ovarios, próstata, hígado, vesícula biliar, riñones y colon).
El riesgo de contraer estas enfermedades no transmisibles crece con el aumento del IMC.
La obesidad infantil se asocia con una mayor probabilidad de obesidad, muerte prematura y discapacidad en la edad adulta. Sin embargo, además de estos mayores riesgos futuros, los niños obesos sufren dificultades respiratorias, mayor riesgo de fracturas e hipertensión, y presentan marcadores tempranos de enfermedades cardiovasculares, resistencia a la insulina y efectos psicológicos.
¿Cómo pueden reducirse el sobrepeso y la obesidad?
El sobrepeso y la obesidad, así como las enfermedades no transmisibles vinculadas, pueden prevenirse en su mayoría. Son fundamentales unos entornos y comunidades favorables que permitan influir en las elecciones de las personas, de modo que la opción más sencilla (la más accesible, disponible y asequible) sea la más saludable en materia de alimentos y actividad física periódica, y en consecuencia prevenir el sobrepeso y la obesidad.
En el plano individual, las personas pueden optar por:
limitar la ingesta energética procedente de la cantidad de grasa total y de azúcares;
aumentar el consumo de frutas y verduras, así como de legumbres, cereales integrales y frutos secos; y
realizar una actividad física periódica (60 minutos diarios para los jóvenes y 150 minutos semanales para los adultos).
La responsabilidad individual solo puede tener pleno efecto si las personas tienen acceso a un modo de vida sano. Por consiguiente, en el plano social, es importante ayudar a las personas a seguir las recomendaciones mencionadas, mediante la ejecución sostenida de políticas demográficas y basadas en pruebas científicas que permitan que la actividad física periódica y las opciones alimentarias más saludables estén disponibles y sean asequibles y fácilmente accesibles para todos, en particular para las personas más pobres. Un ejemplo de una política de ese tipo es un impuesto sobre las bebidas azucaradas.
La industria alimentaria puede desempeñar un papel importante en la promoción de dietas sanas del siguiente modo:
reduciendo el contenido de grasa, azúcar y sal de los alimentos procesados;
asegurando que las opciones saludables y nutritivas estén disponibles y sean asequibles para todos los consumidores;
limitando la comercialización de alimentos ricos en azúcar, sal y grasas, sobre todo los alimentos destinados a los niños y los adolescentes; y
garantizando la disponibilidad de opciones alimentarias saludables y apoyando la práctica de actividades físicas periódicas en el lugar de trabajo.
|